El misterio del dibujo infantil.

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¿Qué siente el niño? ¿En qué está pensando? ¿Qué le preocupa y le preocupa a él? ¡Un gran número de preguntas! ¿Cómo entrar en el misterioso mundo interior del bebé? Hay una forma interesante e increíblemente informativa: un dibujo infantil.

Los dibujos sobre un tema gratuito tienen el mayor valor. Por qué En primer lugar, el niño no está limitado por ningún marco. En segundo lugar, es suficiente que un adulto tome varias de las creaciones del bebé y las estudie cuidadosamente.

Entonces, en manos de determinados padres estaban las obras maestras de los niños ... Lo primero que hay que hacer en este caso es detenerse, calmarse y no apresurarse. Aquí hay algunas reglas que debe cumplir al sumergirse en los secretos de los niños:

  • ser lo más imparcial posible;
  • no saque conclusiones inequívocas;
  • tener en cuenta varios dibujos realizados en días diferentes;
  • resaltar solo síntomas significativos y recurrentes;
  • posponer el trabajo y revisarlos nuevamente al día siguiente.

¿A qué características debo prestar atención al estudiar dibujos infantiles?

  1. La edad del niño.

Sorprendentemente, la creatividad de los niños se puede juzgar por el desarrollo intelectual del niño.

Entonces, los bebés de 2 a 3 años muestran diligentemente sus primeros puntos, palos y ganchos. A esta edad, el joven artista domina el espacio de la hoja y sus habilidades en la actividad visual.

A la edad de tres años, aparecen círculos en los dibujos y luego se les agregan palos. Entonces, en el papel, nace el primer hombrecillo: el "cefalópodo".

Solo a la edad de cuatro años, los dibujos se vuelven más significativos y el bebé comienza a proyectar el mundo a su alrededor en una hoja de papel. Primero se le ocurre un argumento y luego traduce sus ideas en creatividad. Los pequeños hombres ya están tomando formas reconocibles, aparecen mamá, papá y otros personajes importantes.

En los dibujos de un niño de cinco años, una persona ya tiene cabeza, tronco, brazos, piernas, ojos. Entre seis y siete años, la imagen humana se está volviendo más detallada. Tiene cuello, orejas, boca, dedos y otros detalles.

Precisamente el número de detalles correspondientes a la edad son los que los psicólogos prestan atención al evaluar el desarrollo mental de un niño.

  1. Primera impresion.

Por supuesto, la percepción del dibujo es muy subjetiva, pero captar el sentimiento general del trabajo del niño es extremadamente importante. Un hombrecillo proyecta su estado de ánimo, estado emocional y físico en una hoja de papel.

Eche un vistazo a lo positiva o agresiva que es la imagen, ya sea que cause una sensación de ansiedad. Trate de sentir qué humor tiene el dibujo: alegre, cálido, brillante o triste, triste, cauteloso. Estas primeras observaciones proporcionarán una base para reflexionar sobre el estado general del niño.

  1. La ubicación de la imagen.

Estimando el tamaño y la ubicación de la figura en relación con la hoja, podemos sacar conclusiones sobre la autoestima, la posible ansiedad y la emocionalidad del autor.

De manera óptima, el dibujo infantil ocupa 2/3 de la hoja de álbum habitual y se encuentra en el centro. Si la imagen es muy pequeña, se encuentra más cerca del borde y hay mucho espacio libre en el papel, entonces podemos asumir la presencia de ansiedad, incertidumbre y baja autoestima. Por el contrario, una imagen muy grande, que a veces va más allá de la sábana, puede hablar de impulsividad y emocionalidad excesiva.

  1. Color.

Los siguientes colores para detenerse son los colores que usa el niño cuando dibuja. Hay mucha información sobre el significado de los colores tanto en Internet como en la literatura, pero al considerar el esquema de colores es importante:

  • evitar interpretaciones ambiguas (el rojo es emocionalidad, impulsividad; el negro es agresividad);
  • considere solo combinaciones de colores repetidas con frecuencia;
  • estimar el número de colores involucrados en el trabajo;
  • Tener en cuenta la situación en la que tuvo lugar el proceso creativo.

Asegúrese de prestar atención al predominio de los tonos oscuros y grises, ya que pueden indicar estados depresivos y problemas no resueltos del niño. El uso frecuente de color rojo brillante puede indicar impulsividad excesiva, o conflicto y agresividad.

El uso de una rica paleta de colores, generalmente de 5 a 6 colores, habla de la esfera emocional desarrollada del pequeño artista. Si hay muchos más tonos y la imagen está llena de colores, puede sospechar emocionalidad y sensibilidad excesiva. Un niño que usa una cantidad mínima de colores, 1-2 colores, puede estar algo deprimido o alarmado.

La prevalencia de tonos brillantes y coloridos informará sobre el buen humor y la confianza del autor. Estos colores enfatizan detalles importantes para el niño y los personajes más cercanos.

  1. Líneas y contornos.

Las líneas y contornos con los que se realiza el dibujo merecen especial atención. Una fuerte presión durante el dibujo indica un tono psicomotor. Las líneas finas y débiles indican timidez, pasividad, estado asténico. Los borrados frecuentes y los intentos de rehacer algo en el trabajo pueden ser una manifestación de mayor ansiedad e inseguridad. Un contorno muy grueso con un puñetazo es un claro signo de impulsividad, tensión y posiblemente agresividad.

  1. Conversación

Puede obtener aún más información hablando con su hijo sobre su trabajo creativo. En su mayor parte, los bebés se identifican con uno de los personajes. Al hacer preguntas simples, puede confirmar o refutar sus miedos e hipótesis. Las preguntas pueden ser las siguientes:

  • ¿A quién o qué dibujó el niño?
  • ¿Dónde y con quién vive el personaje?
  • ¿Tiene una familia?
  • ¿Qué come y cómo obtiene su propia comida?
  • ¿Con quién es el héroe de los amigos dibujantes?
  • ¿De qué tiene miedo?
  • ¿Qué hacen los personajes retratados?

Una conversación debe construirse en forma de diálogo, de manera amistosa y mejor, de manera lúdica.


Un examen minucioso del dibujo de los niños puede contar sobre las experiencias secretas y los estados internos del niño. Incluso en la antigüedad, los sabios orientales decían: "Un dibujo vale más que mil palabras". Lo más importante al tratar de descifrar las creaciones del bebé, tenga cuidado y evite conclusiones inequívocas. Recuerde siempre que la obra maestra de cualquier niño es digna de reconocimiento y alabanza, y las conclusiones son un tesoro puramente parental y una ocasión para reflexionar.

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