Cambiar las horas al horario de invierno amenaza la salud de los niños

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Ayer, las manecillas del reloj se retrasaron una hora. A pesar de la conveniencia obvia, los médicos no están cansados ​​de discutir sobre el impacto de este cambio en el cuerpo humano. En particular, se discute la cuestión de cómo la transición al horario de invierno afecta la condición física de los niños. Se cree que el alargamiento artificial del día puede aumentar el riesgo de obesidad en la generación más joven.

El hecho es que cuando se traduce el reloj, el día se extiende y el tiempo oscuro llega antes de lo habitual, lo que lleva al hecho de que los niños comienzan a estar menos en la calle. Por el contrario, se observó que en el verano, cuando la tarde es larga y ligera, la actividad de los niños aumenta en 2 minutos. Tal término parece absurdo, sin embargo, los resultados de la prueba mostraron su importancia.

Se realizó un estudio en el que participaron 23,000 niños de 2 a 16 años de diferentes países. Todos estaban equipados con instrumentos para medir la actividad y la cantidad de movimiento.

Al analizar los resultados, se tuvo en cuenta la duración de la luz del día y el grado de actividad. Resultó que mientras la actividad física ligera de los niños aumentó en un 15-20%. Y en los días oscuros cayó significativamente. Los científicos están convencidos de que debido a la transferencia de horas, los niños se ven obligados a quedarse en casa, lo que conduce a un estilo de vida inactivo. Los opositores a esta teoría argumentan que aumentar el día por una hora es bueno, porque los niños pueden levantarse en el jardín de infantes y en la escuela cuando ya es de día.

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