Los conflictos entre hermanos a menudo conducen a la depresión y la ansiedad, pero los padres pueden proteger la salud mental de sus hijos mediante la creación de "Reglas de la casa", dicen los expertos.
Los investigadores estudiaron 145 pares de hermanos durante todo el año, principalmente de familias de clase media de Europa y América. La edad promedio de los niños era de 15 y 12 años. Se pidió a los adolescentes que evaluaran varios temas de un posible conflicto y que notaran la frecuencia e intensidad de las disputas.
Las disputas se dividieron en dos categorías: violación del espacio personal y conflictos por la justicia y la igualdad. Luego, el estudio examinó la relación entre las disputas y los mensajes de los adolescentes sobre el estado de ánimo reprimido, la ansiedad y la autoestima después de un año.
"Nuestros resultados muestran que los conflictos sobre el espacio personal y la propiedad de ciertas cosas se asocian con más ansiedad y baja autoestima un año después", dijo Nicole Campione-Barr, profesora asistente de ciencias psicológicas en la Universidad de Missouri.
Aunque los padres a menudo tienden a intervenir como árbitros, estudios anteriores han demostrado que la intervención de los padres en los conflictos adolescentes puede tener malas consecuencias. Sin embargo, los padres no deben permitir la posición subordinada de uno de los hijos.
La mejor manera de resolver las disputas y no ser parcial es establecer ciertas reglas del hogar, por ejemplo, "tocar antes de entrar a la habitación de un hermano o hermana".
Un cronograma de tareas domésticas y el orden en que usa su computadora ayudará a reducir los conflictos sobre la equidad.
Las relaciones familiares fuertes y saludables son extremadamente importantes en la vida adulta. Por ejemplo, hay cosas que las personas les cuentan a sus hermanos y hermanas, pero nunca les cuentan a sus padres e incluso a sus amigos.
